Dice una película que todo en esta vida tiene efectos secundarios, y esos efectos tienen otros efectos secundarios, y así, para eso es la vida, para arriesgarnos, vivir, reir, llorar, bailar, inventar, equivocarnos y reinventar. El tiempo no es obstáculo, la vida no se va, todo llega a su momento. Hoy volví a verla, le di un sentido distinto al de hace 4 años, si, hace cuatro largos años, gracias a Dios hoy es diferente. Hoy yo tengo 25, y aquellos que tienen 30 efectivamente siguen inmaduros tal cual la película lo explica, y yo tengo oportunidad de corregir el camino, soy madura y soy feliz. No la había comprendido entonces, quizá no entraba dentro de su público meta, hoy la comprendo perfectamente y he recordado que me gusta mucho mi vida, que me gusta creer en a magia, que la vida no está llena de sinsabores sino que tiene mis colores favoritos plasmados en ella, cítricos, agridulces, que no soy una niña inmadura, ni desmerezco lo que tengo, todo en mi vida ha traido los efectos se