Bajo el arbol

A veces las etiquetas pesan, si, las etiquetas, la ñoña, la despistada, la gruñona, la perfeccionista. Disculpen si me leo hostil, pero fui adolescente en la época en la que el pop era la música favorita, con sus boy bands en ingles y español, donde las adolescentes éramos soñadoras, y todo nuestro entorno mediático era así. Con el tiempo  he descubierto nuevas formas de pensamiento, nueva música, series, películas, otro tipo de cultura; sin embargo no puedo deslindarme de mis recuerdos de adolescencia, y ya estoy cansada de las etiquetas solamente por mis gustos, porque si, siguen siendo mis gustos, por todos los recuerdos que me traen, todo eso es parte de mí y de mi vida, ya estoy cansada de ser la fresa, la ñoña, la niña que ahora creen que es ordinaria solo porque no tuve una vida difícil, con una gran historia triste a mis espaldas, no, yo no caí en drogas, mi familia no era disfuncional, fui educada bajo ambientes sanos, siempre he sido muy tranquila, y si, aún así soy exitosa e

Pasar por rachas de "mala suerte" es muy común a lo largo de nuestra vida, sin embargo hay veces que de racha en rachita esto se vuelve un martirio. Ciertamente a veces una requiere de un cambio, una pequeña re invención para la cual en este momento no tengo mucha fuerza, sin embargo hay una sola cosa que tengo y que es lo que hace que todo valga la pena: vida. No me gusta mi corte de cabello, estoy lesionada aún y no puedo correr (que en este momento me vendría bastante bien para sobrellevar esta situación), aún tengo deudas en mi tarjeta de crédito, vivo con mi mamá de nuevo (lo cual es bueno pero me hace sentir que di un paso atrás), y finalmente mi coche está muy descompuesto (debo mencionar que ahora vivo muy lejos), el tiempo ya no me alcanza, vivo en este ciclo y en esta rutina que debo de cambiar y que no encuentro como.  Me aterra la idea de cambiarme de trabajo, no sé qué más podría hacer, quizá también estoy enfrentando la terrible situación de que esto ya no me ap

Siempre pienso en la muerte, en los últimos días, en lo que podemos dejar. Las ideas siempre vienen a mi mente, ¿y qué tal que ahorita ya nomas no? O ¿y si mañana ya no llego? Ya saben... Cosas de esas. Pero cuando la muerte se nos atraviesa enfrente para llevarse consigo a alguien cercano, entonces le tienes respeto y te cuadras, dejas de pensar tonterías, te despabilas y después del shock reaccionas, te das cuenta de que tú, hoy ahorita, estas vivo, que los tuyos también.  Uno nomas no sabe lo que va dejando a su paso, muy probablemente no le hables a las personas, o simplemente te saluden, quizá hasta te regalaron una sonrisa que algún día te hiciera sentir mejor y eso se queda, son todos esos recuerdos que va uno dejando en otras personas de lo que no nos damos cuenta. Cuando alguien se va es como un sueño, de esos en los que cuando te despiertas tratas de retener en la memoria hasta que no puedes más y solo recuerdas la idea de ellos, así es; tratas de empujar en la memoria todos