Ir al contenido principal

Inevitable. Una carta al amor olvidado.


Es inevitable pensar en ti y no extrañarte, he entendido el significado de eso que siempre busque: el amor verdadero.


Ese amor es dejarte ir y amar tu libertad, amar tu felicidad, amar tu forma de ser, y me alegra que hoy seas la mejor versión de ti, de verdad ni por un momento pienso en estar contigo, ya que yo no logre contigo lo que has logrado solo, te miro y se que todo lo que pasé y todo lo que dolió no fue en vano, fue como tenía que ser. 


Extraño platicar contigo, extraño amar como tu y yo nos amábamos, hoy es distinto. Es confuso, no sé si extrañarte o no, apenas nos encontramos de nuevo hace cuatro años y no fue lo mismo, no se si realmente te extraño a ti o la sensación fantasma de ese amor mágico que teníamos. 


No te olvido, siempre estas conmigo y siempre lo estarás, amo verte feliz con quien sea, es lo que yo siempre quise para ti. 


Comentarios

Entradas populares de este blog

Cuando te me acercas se acelera mi motor...

Justo cuando las almas están cerca, justo cuando no quieres perderle, cuando esta aquí para ti, con tus mismos ojos, tus mismos brazos y las mismas ganas, justo aquí es donde se desenvuelve la magia. Ahí estaba él, tan tibio, tan masculino, tan listo, tan él. Y ahí estaba ella; tan linda, tan tierna, tan opuesta, tan ella. Se sinceraron con la mirada, supieron que era real. Y decidieron lanzarse a la aventura.

Mi corazón no vibra más.

No, no, no, hoy mi corazón no vibra, es como si lo hubieran matado cuando más vivo se sentía, no se enfrentarme a este dolor, no se que hacer ni que esperar. El momento que menos esperaba es el que me vine a encontrar, mi vieja amiga depresión regreso de su lugar. Me necesito, me quiero lejos de todo y de todos.  Si mi corazón encontrara a 30 kilómetros uno que vibrara similar no encontraría a quien lo hiciera feliz, por el contrario, quizá encontraría a alguien que necesitara un abrazo tan fuerte como el que necesita hoy, desde hace como un mes.

Mate

Acaricio la tibia taza de mate que sostenía en sus manos mientras contemplaba el paisaje urbano que tenía frente a ella, sin quererlo recordó aquella tormentosa infancia donde evadía la tristeza imaginando esa maravillosa tarde, y sonrió, porque las cosas siempre son como deben ser.